El lugar escogido fue el Jardín Botánico de viña, un lugar precioso, con nuestras intenciones en mente recibimos nuestra ración de honguitos y después de media hora el cuerpo comienza a sentirse algo pesado entonces se aconseja sentarse o recostarse. Yo me recoste y comenzó el viaje con visualización de geometría sagrada, fractales multicolores, los sentidos se agudizaban increíblemente, el canto de las aves, el sonido del viento, el crujir de las hojas al pisarlas, todo se tornaba una sinfonía de sonidos, mezclada con una danza de colores y movimiento. Sentí como Gaia me mecia tiernamente en un esponjoso colchon de hojas de Eucaliptus y ramas secas y trasmitía su energía de amor inconmensurable, qué era recíproca.
Al abrir los ojos veía las ramas de los árboles qué estaban a mi alrededor y formaban una red hermosa artística y perfecta, todo tenía vida propia, los árboles, las ramas y hojas secas del suelo tenían movimiento, al posar mis manos sobre ellas sentía y veía como se entrelazaban juguetonamente con mis dedos, era como si salieran raíces desde mis manos y se unían a las propias raíces de la tierra, percibía como pulsaba vida, en el lugar había muchos colibríes qué danzaban con gracia entre los árboles, la sensación era increíblemente asombrosa placentera y la estaba disfrutando mucho, además el guía puso una música con un aparato Plantwave que transmitía la vibración de los propios árboles a través de unos sensores.
Luego sentí qué llegaba a otro plano, los sonidos se detuvieron ya no oía el canto de los pájaros qué había sido permanente hasta ahí, también la música dejo de oírse, pero escuchaba como un murmullo lejano del guía, hasta que desaparecieron por completo, entonces percibí el silencio absoluto, y no sentía mi cuerpo, pero yo estaba allí, mi consciencia? Luego ante la confusión un pensamiento cruzó por mi mente, "talvez este lugar es el otro plano por donde todos atravesamos al morir y sentí que si era así, no era momento para irme, sentí temor de irme, luego volví a sentir mi cuerpo y el contacto con la tierra, me senté, me maravillaba observar lo que les pasaba a mis manos al tocar la tierra con hojas vivas, me quedaba viendo y sintiendo extasiada ese juego, tome entre mis manos una drusa de amatista y pude admirar su geometría sagrada en movimiento, parecía viva, era un cálido ser, luego me levante y diriji hacia un pequeño riachuelo qué tenía unas rocas qué parecían vivas, formaban figuras.
Llamé a los elemetales del agua, sentía tanta reverencia, amor y gratitud por estar presenciando este espectáculo tan mágico, vi como se formaba una mano de roca, introduje mis manos en el agua, pidiéndole qué se llevara mis inseguridades y bloqueos qué sentía que tenía, (bloqueos e inseguridades para dar terapias, y bloqueos de mis dormidos dones artísticos), el agua cantarina me mostró qué debía fluir, qué esa belleza y perfección de la naturaleza, de la creación era yo misma, tu eres yo y yo soy tu, me decía, todas la inseguridades y limitaciones eran ilusión, en la vida 3D era todo solo un juego de niños y se oían como risitas de niños junto a canto de los pájaros, me decía todo es perfecto y podía sentirlo.
Durante esa contemplación- conversación, sentía tanto amor y gratitud, qué me desbordaba de emoción. Me sentía inmensamente amada. Al observar el entorno desde el río sentía que también era otro plano porque los colores eran más vividos y vibrantes, todo brillaba y relucía, parecía un paisaje onírico, era como otra dimensión del mismo paisaje qué vimos antes de ingerir los hongos. Pense que talvez así como nuestro nuestro cuerpo físico tiene su cuerpo energético de luz en otra dimensión, Gaia también tiene su cuerpo de luz y ese era el que estaba presenciando. También escuchaba además de los hermosos cantos de distintas aves, algunas voces de cantos lejanos como de antiguos chamanes, y honraba con gratitud a mis ancestros y linajes, los espíritus de ellos nos acompañan decía el guía. En síntesis esto fue mi experiencia pero ella duró cerca de 3 horas, por lo que lo vivenciado en profundidad no puede relatarse con simples palabras, la expansión y conexión es indescriptible, luego de ese tiempo comienza todo a volver a la normalidad, y en el camino de vuelta por el jardín botánico, todo parecía tener una nueva belleza singular, todo era admirado con otros ojos....
Isabel. Artista, 40 años
Intención: Eliminar creencias limitantes e inseguridades